sábado, 28 de febrero de 2009

Cuadernos turolenses. Encinacorba en Castellano

A 53 km de Zaragoza y a 7 de Cariñena, la villa de Encinacorba, con sus 762 metros de altura sobre el nivel del mar y sus 3.674 hectáreas de superficie, es un municipio de contacto con la sierra de Algairén en el que la vid y la encina dominan el paisaje.Celtíberos, romanos, musulmanes y cristianos hicieron posible el nacimiento y desarrollo de una villa cuya misión fundamental fue controlar el puerto del Alto de San Martín en la vía romana Cesaraugusta-Laminium.Aunque se le quiere dar un origen legendario conforme se refleja en su primitivo escudo parlante, encina-corva o encina torcida, la historia más cercana la sitúa refundada en 1175 por Alfonso II y entregada a los templarios. En el año 1176, el obispo Pedro les dona la iglesia y en 1177, el maestre del temple, Pedro Arnaldo de Tarroga, otorga a sus habitantes carta de población a fuero de Zaragoza.Al menos desde 1315 es villa, y con la disolución del temple pasará a estar regida por la orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, primero, y por el Señorío de las Órdenes, después. En 1834 funda Ayuntamiento, y sobre 1841 se desamortizan las propiedades de la encomienda. En 1903 llega la filoxera, y en 1933, el ferrocarril.Actualmente pertenece a la provincia de Zaragoza, al partido judicial de Daroca y a la comarca del Campo de Cariñena.Conserva un importante legado patrimonial con edificios singulares tales como la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Mar, de estilo gótico-mudéjar, o la ermita de santa Quiteria, de rarísimo estilo pregótico. Tiene en la calle Mayor dos casas y una fuente renacentistas, así como un arco de entrada a la villa, resto de la desaparecida muralla que la perimetraba. Los restos de un viejo castillo perviven junto a la iglesia que guarda, como gran tesoro, un cristo gótico del siglo XIII procedente de la ermita del Esconjuradero, una talla en alabastro de la Virgen del Mar fechada en el XIV, un extraordinario órgano barroco del siglo XVIII, un busto en plata de San Esteban, un retrato de San Francisco, un retablo plateresco de la Virgen del Rosario, así como diversas tablas góticas en proceso de restauración.El término municipal lo riega el río-arroyo Frasno, cuyas aguas no llegan al Jalón, pues sufre endorreísmo al llegar a la Virgen de Lagunas (Cariñena). Produce excelente moscatel, pajarilla y uva de regalo o cribatinaja. La villa acredita una banda de música, fundada en 1880, que alegra las fiestas mayores en honor de la Virgen del Mar, a primeros de agosto, o la romería de Santa Cruz, para la Cruz de Mayo.En la calle Mayor se encuentra el Ayuntamiento, el Casino Agrícola y una casa de turismo rural. Pueden practicarse numerosos deportes tanto en plena naturaleza como en el pabellón cubierto, y es un rincón ideal para los amantes de la micología y de la botánica. Produce afamados jamones y excelentes frutas y hortalizas. Su importante caserío llegó a albergar hasta 1.207 habitantes en el año 1888.